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Jefe de Oficina de Intereses de EEUU hizo labor de Inteligencia sobre Internet en Cuba

Jefe de Oficina de Intereses de EEUU hizo labor de Inteligencia sobre Internet en Cuba

El propio Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana (SINA), investigó el uso de Internet en Cuba  y recomendó a Washington facilirar programas para violar reglas establecidas por los proveedores de la Isla.

Un cable dado a conocer hoy por Wikileaks titulado “Navegar por la Red en La Habana” describe cómo Jonathan Farrar, jefe de la SINA en la capital cubana, y su esposa, que brindaba “apoyo técnico” en la Oficina, monitorearon personalmente varios locales de navegación para comprobar si los sitios de algunas de las organizaciones beneficiadas por Washington estaban accesibles desde las redes cubanas.

Po supuesto, nadie los molestó en su bojeo a los sitios habaneros -¿ocurriría lo mismo si su homólogo cubano en Washington hiciera algo remotamente parecido?

El documento, calificado de sensible y firmado por Farrar, precisa que es imposible acceder desde la Isla a “las páginas web de antiguas y presentes organizaciones que reciben dinero gubernamental de Estados Unidos para programas relacionados con Cuba, tales como el Directorio Democrático Cubano, el Centro Cubano para una Cuba Libre, o el Grupo de Apoyo a la Disidencia“, todos afiliados al Programa Cuba que establece un cambio de régimen en la Isla con financiamiento de Washington.

Y añadie: “Se puede acceder además a los sitios web de Organizaciones no Gubernamentales que tienen que ver con los derechos humanos internacionales tales como el Observatorio de Derechos Humanos y Amnistía Internacional. Inclusive, se puede descargar todo el informe HRW 2007 si usted es paciente y espera veinte minutos”, precisa el informe. También se puede navegar sin restricción alguna en la web de la Sección de Intereses de Estados Unidos, el Departamento de Estado, o las Naciones Unidas, y en medios como el Washington Post o el New York Times.

Lo que admite Farrar es que Cuba impone restricciones exclusivamente a aquellos sitios que reciben dinero del gobierno de los Estados Unidos con fines de subversión en la Isla. Es decir, la restricción impuesta por Cuba no está dirigida contra el contenido de los sitios, sino contra los instrumentos pagados por Washington para revertir el sistema político de una nación soberana.

El problema para Farrar estriba, justamente, en darle visibilidad a los engendros contra Cuba: “La SINA buscará mejorar las condiciones locales de internet y analizará como esto puede utilizarse en las operaciones de los sitios web y en nuestro rango de acción”, recomendó el uso de filtros para violar regulaciones cubanas y prometió acoger “con entusiasmo todos los aportes que vengan desde Washington, donde continúa un trabajo para desarrollar programas que eviten los filtros de internet que tengan relevancia aquí”.

Jonathan Farrar tenía en su poder una lista de centros con acceso a Internet en La Habana, y junto a su cónyuge visitó algunas de esas instalaciones para comprobar precios, velocidad de acceso, usuarios, tecnologías y las posibilidades del buscador Google en Cuba. Finalmente, elaboró el informe inteligencia que  transmitió a Washington, donde él es ejecutor y redactor del parte.

El matrimonio comparó los resultados de los buscadores Google.cu y Google.com. El primero, según Farrar, al averiguar por la palabra SINA, lista una serie de materiales sobre las acciones subversivas de esa oficina y los “disidentes” en la Isla, en tanto el segundo destaca en primer lugar la página de la Sección de Intereses en La Habana. Esto no es un problema de La Habana, sino un resultado lógico del propio buscador que prioriza los contenidos de los dominios locales.

Cuba condenó en marzo  último al ciudadano norteamericano Alan Gross a 15 años de prisión por el delito de actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado, luego de comprobarse su participación directa en  un proyecto subversivo del Gobierno de Estados Unidos para tratar de destruir la Revolución con el empleo de sistemas de infocomunicaciones fuera del control de las autoridades. Su objetivo era promover planes desestabilizadores contra diversos sectores sociales, según nota oficial publicada en la Isla.

Lo que no dice el cable de Farrar

La prioridad del gobierno cubano sigue siendo el acceso social a la Red, según explicó Boris Moreno Cordovés, viceministro de Informática y Comunicación (MIC), al intervenir en la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que sesionó el pasado mes de julio.

Ante los diputados, subrayó la posición responsable de la Isla, que bajo un contexto de limitaciones financieras, bloqueo y agresión, seguirá intensificando el acceso a Internet de centros científicos, culturales y artísticos; bibliotecas, hospitales, unidades de la administración local, provincial y nacional, y puntos colectivos para la población.

Argumentó en esa oportunidad que el acceso a Internet  requiere de significativas inversiones a realizarse progresivamente, y que dependen de la cantidad de usuarios a servir. Recalcó que la conectividad de los cubanos desde sus casas se ofrecerá en la medida en que las condiciones económicas lo permitan, teniendo en cuenta la infraestructura que es necesario desarrollar.

Sobre el cable Cuba-Venezuela, el viceministro precisó que en los próximos meses comenzará la trasferencia de servicios del satélite a la fibra óptica, lo cual significará una mejoría en la velocidad de conexión, no así un abaratamiento de los costos.

El  gobierno de Estados Unidos dificulta el acceso de Cuba a importantes contenidos y herramientas de Internet, medidas que forman parte del bloqueo económico a la Isla, “que se ve imposibilitada de participar en el comercio electrónico”, y puso de ejemplo cómo muchas páginas dedicadas a la comercialización son cerradas o censuradas.

Fuente: Cubadebate

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